Son las 3:00 de la mañana y
tus amigos y tu están festejando Halloween. Has visto
tus películas de terror favoritas, contado tus historias de terror
favoritas, y hasta intentaste el viejo truco de "Verónica"
en tu espejo. Luego de que tus amigos se van, te estiras
y bostezas, decidiendo que es hora de echarte a la
cama, así que vas directamente a tu cuarto para dormir.
Después de un rato te das cuenta de que no te puedes sacar
las imágenes de los monstruos ficticios que recién viste en
tu televisor. "Meh... me voy a odiar por esto en la mañana", dices
con voz alta mientras prendes tu lámpara, sabiendo que, cuando niño, una luz de
noche te ayudaba a dormir. Acurrucado y confortado debajo
de tus tibias sábanas, tus ojos se cierran lentamente inundando tu
mente con placenteros pensamientos...
...eso es, al menos hasta
que detectas algo moviéndose frente a la lámpara, creando una sombra
frente a ti. Parpadeas, intentando distinguir lo que tienen ante ti. Entonces, una mano en descomposición te toma por el hombro y una voz dice: "Gracias
por encender las luces, tenia problemas para encontrarte en la oscuridad..."
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